Redacción: Sandra Villarreal
Este artículo pretende que hagamos una reflexión frente a la manera en que damos o entregamos algo a los demás, ya sea algo material o intangible, puesto que si entendemos por qué es que damos algo a los demás y desde qué sentimiento, emoción o intención, sabremos si eso que dimos fue condicional o no lo fue.
Seguramente por tu cabeza están pasando muchos recuerdos y estás buscando algunos ejemplos de ocasiones en que disté algo a alguien y llegarán a tu memoria momentos en que tuviste que haber usado una frase similar a esta: Yo di todo y de eso nada recibí. Entonces ahora debes pensar si la otra persona conocía de tu boca la condición con la que debió haber aceptado. Ahora bien, si la respuesta fue no, entonces no hiciste un acuerdo en ningún momento y lo que hiciste lo realizaste porque quisiste o tuviste una idea equivocada de que la otra persona debía haberte retribuido eso.
La frustración que sentimos al no recibir algo a cambio en el momento que queremos o de la forma en la que queremos, no es nada más que una ilusión, pues nosotros no pusimos un condicionante al momento de dar, entonces no podemos esperar que la persona de algo a cambio si no lo desea o no considera que es importante hacerlo. Asumimos los acuerdos, por ejemplo, le organizaste a tu pareja una fiesta de cumpleaños sorpresa a la que invitaste a sus amigos y familiares, cocinaste y le compraste algo que él quería hace tiempo. Lo hiciste porque quisiste tener un detalle con tu pareja y diste lo que te nació dar. Luego, en tu cumpleaños se presentó un inconveniente que tuve que resolver o te llevo un postre al finalizar el día como regalo. Entonces, te sentiste mal, pues tu te esforzaste en hacer una gran celebración y no te dio lo que tu esperabas en tu cumpleaños y por esta razón te enojaste y sentiste tristeza.
Frente al ejemplo anterior debes revisar que nadie pidió tu esfuerzo, tu lo diste porque te nació y no pediste algo a cambio por hacerlo, entonces, no debes sentir frustración, pues cada uno da lo que quiere, puede o le nace en el momento que desee y tampoco debe esperar nada a cambio sino lo pide.
Entonces, por qué nos sentimos frustrados ante procesos de ilusión en donde acordamos con nosotros mismos recibir retribución por parte de la otra persona. Entreguemos con amor, recibimos con agradecimiento y no esperemos cosas imaginarias que no hemos acordado, de esta manera no sentiremos rabia ni tristeza por algo que solo estuvo en nuestra mente.
¡Permitamos que la vida nos sorprenda!