El siglo XXI ha traído consigo varios cambios en temas de industrialización, tecnología, información y comunicación que ha traspasado los límites fronterizos, cada uno de los sectores se han visto envueltos en la necesidad de reinventarse, una palabra que ha estado de moda por estos días, pues poco a poco las empresas y los emprendedores se han acercado a resolver problemas con ayuda del conocimiento y la tecnología, pues “los modelos de negocio que, primero de manera casi imperceptible y luego de forma masiva, atacan las soluciones –ya muy poco satisfactorias– de las empresas empeñadas en no dar paso al nuevo siglo digitalizando todos sus procesos de compra, de venta, de trato con el cliente, de investigación y desarrollo, de soporte posventa” (Carpintier, 2015)
Por ende, se requieren empresarios que hagan una constante revisión del rumbo y vayan analizando los ajustes que en el camino deben ir organizando para identificar a tiempo riesgos y oportunidades generando de forma inmediata y predeterminada estrategias que beneficien la organización.
Aspectos como el mejoramiento de las relaciones humanas con los colaboradores, logrando buscar y mantener a quienes sean los mejores profesionales, especialistas y a quienes se les pueda desarrollar su mayor potencial. Asuntos de género, de diversidad de pensamiento en temas personales e ideológicos también hacen parte de los retos.
Estamos en un mundo globalizado, medido en gran parte por la producción, por lo que incrementar la producción también es un factor importante junto con el aumento de la rentabilidad, las relaciones con otras empresas también juegan un papel importante, pues entremos a una hipercompetencia por lo que las alianzas son claves.
Otro factor importante es el uso de los datos, pues estos datos permitirán mejorar y dinamizar la estrategia para el aumento del consumo y el conocimiento de los clientes, lo que se conoce hoy como Big Data, un aspecto al que se le debe sacar el mejor provecho.
Y para finalizar la adaptación al mundo digital ya no es una posibilidad es una obligación, los consumidores de los productos y servicio de nuestras empresas están allí y cada día se mueven más por este medio.
Medir y tomar decisiones con rapidez marcaran la diferencia en el siglo XXI y permiten que la empresa se mantenga y continúe o que se quede rezagada con relación al mercado.
Referencias:
Carpintier, R. (2015). Retos del siglo XXI.¿ Cómo adaptar una empresa al siglo XXI. Anuario AC/E de cultura digital, 13-25.